Adam Fernandez
En su traducción literal persa: bad «viento»+gir «atrapar» es un elemento tradicional de la arquitectura persa utilizado desde hace siglos para crear ventilación natural y refrescar el interior de los edificios.
Estas torres eólicas son conductos verticales que parecen grandes chimeneas que permiten captar y dirigir los vientos hacia el interior de los edificios. Los podemos ver en cantidad importante en la zona desértica del centro del país.
El interior de la torre está verticalmente separado en varios conductos para permitir la circulación del aire descendente (que trae frescura) y el aire ascendente (expulsando aire caliente) corrientes gracias a las presiones atmosféricas diferenciales creadas. El concepto es simple: reutilizar este proceso tradicional integrando turbinas para generar electricidad y convertir esta torre en un aerogenerador. Cuanto más alta es la torre, más fácil es capturar los flujos de aire (5 km / h como mínimo) y más fuerte será la presión.
Al agregar pisos alrededor del núcleo estructural para cultivar tierras al abrigo del sol y gracias a una fachada de sensor de agua, Badgir propone hacer posible el desarrollo de una ciudad en autarquía en pleno desierto en un entorno inhóspito para el ser humano. La población estará limitada según los recursos que genere la torre. La ciudad compuesta por calles estrechas, plazas públicas, galerías subterráneas, un bazar, un oasis y un pozo brindará las mejores condiciones para vivir incluso a temperaturas muy altas.
Badgir será una ciudad basada en el respeto por la ecología, autosuficiente y basada en un sistema de circuito cerrado (cero residuos). El objetivo del proyecto es demostrar que es posible vivir sin destruir nuestro planeta (incluso en las peores condiciones) combinando tecnología y arquitectura ancestral.
Autor: Adam Fernandez.
Ubicación: Desierto de sal, Iran.
Año: 2019
Concurso: eVolo.
Premio: Mención honorable.