Pasarela de la luz,

Leandro Sbarra+Juan Pablo Porco+Emmanuel Santillan

Los visitantes tienen el desafío de considerar el significado de una capilla no solo como un edificio arquitectónico o como un símbolo religioso, sino como una estructura capaza de considerar los diferentes actos de fe y convertirlo en una experiencia espacial superadora.

 

Será una nueva forma que se percibe el paisaje. Redefinimos así, la tipología de capilla en un espacio contemporáneo abierto, de valor simbólico, una estructura inspiradora para todas las comunidades y religiones. La propuesta reconoce como punto de partida, el sitio donde operar, el lugar de características únicas e irrepetibles. La intervención es simple. Diseñada con el objetivo de no irrumpir la calma del lugar y de un modo silencioso la capilla intenta rendir culto al paisaje y su historia. El punto de partida: lo tectónico, lo liviano, el ritmo y lo transparencia, desvaneciéndose con el aire y la luz. Un pequeño acto para no dañar. Solo elementos ligeros que se incorporaran a la naturaleza puntualmente y aprovecharan su topografía.

Un espacio que democrático la experiencia y se materialice a través de una pasarela suspendida que conecte simbólicamente el aire, la tierra y el sol a lo largo de su recorrido. La capilla se eleva gracias a elementos verticales que permiten pasar la luz, ver el exterior desde adentro y que el paisaje se cuele entre los espacios. Este juego de luces y de sombras crea una sensación de supremacía y espiritualidad y emotividad religiosa. Estos elementos cilíndricos, como líneas finas, van aumentando en densidad a medida que se acercan a los extremos. Y contienen en su longitud un espacio vertebral -vacío- que logra, a través de su tamiz, la atmosfera necesaria para crear el ámbito de lo espiritual y la fe. Esta capilla propone un recorrido lineal a modo de camino sagrado, que permite, ir en busca de los espacios de meditación, calma y reflexión que lo coloca en una situación espiritual particularmente sensible con su entorno. Dicho recorrido reconoce y acompaña, como espacio jerárquico, un vacío contenido por elementos verticales que lo rodean y concentran puntos focales. Este gran vacío contiene en corte una gran escalinata de acceso o egreso desde la montaña que auspiciara y darán inicio a las caminatas ceremoniales del lugar. La escalinata tomara huella existente en la montaña y dará la pauta de lo que será un nuevo recorrido sagrado que conecta el cielo, la tierra y el agua.

El atrio: como lugar de ingreso cumple las veces de umbral a lo que será el espacio multicultural, como un acontecimiento espacial que se va adentrando entre las esbeltas columnas circulares para descubrir lo que viene. El cuerpo: se despeja y aparece como un claro que ofrece el espacio necesario para la celebración. En dicho espacio, enmarcado por la perspectiva, se reconoce el espacio principal. Desde aquí y entre los cilindros se filtran las imágenes del pasaje, la puesta de sol y la aparición de la luna que introduce su luz e ilumina los puntos focales característicos. Son aquellos los que hacen referencia visual y reconocen el paisaje como protagonista. Una roca, como elemento simbólico de la naturaleza, reposa como pieza de referencia y marca una pausa en el lugar. En su gesto continuo y su regularidad marcada, tanto como en su dirección de emplazamiento, las columnas delgadas borran cualquier otra función que no se a la de enmarcar y contener todos los demás espacios, visibles desde el exterior y a su vez le proporcionan una sensación de intriga y descubrimiento. Su imagen ligera, de elementos verticales, que se iluminan en la noche, harán posible reconocerla como un verdadero hito del lugar. Sin dura una capilla sostenible del paisaje circundante. Esta, manifiesta el valor esencial de lo espiritual y potencia su experiencia en un espacio de secuencia visual y sensorial con su entorno.

 

Autores: Leandro Sbarra+Juan Pablo Porco+Emmanuel Santillan.
Ubicación: Lago Titicaca, Bolivia.
Año: 2021
Concurso: Titicaca Chapel Architecture competition.
Premio: Finalista.