Casa Expansible,

Nicolás Rodríguez

Vivienda unifamiliar en base a una grilla cuya forma y tamaño depende del movimiento de una envolvente continúa en torno a pilares.

Solemos entender el concepto de vivienda como aquel lugar, espacio o conjunto de recintos destinados al vivir, al acoger el día a día de una persona o de un grupo de ellas. La vivienda, por tanto, debe estar adaptada a la cantidad de usuarios, a sus necesidades, a las edades que tienen, lo que suelen hacer, e incluso su rutina y su manera cotidiana y cómoda de moverse y de realizar sus actividades. Si bien hoy en día muchos entienden que la vivienda es para la persona y no la persona para la vivienda, uno de los principales problemas es el constante cambio y crecimiento de las personas con el tiempo; esto puede ser, por ejemplo, el nacimiento de un nuevo hijo, un cambio de trabajo de alguien de la familia, o simplemente cambios internos que inciden en nuestra manera de vivir o sentirnos cómodos. Por tanto, la estaticidad y solidez de las viviendas que conocemos son incapaces de adaptarse a estas “fuerzas” externas, y vemos, en consecuencia, cómo las personas buscan e indagan para dar con aquella vivienda que más se adecúe a ellos en ese momento de sus vidas.


Le Corbusier escribía en “Précicions” que la mesa desordenada en la que dos personas se tomaron un café es perfecta, todos los elementos sirvieron y fueron utilizados, y todo termina en el lugar en el que terminó por la persona, sus movimientos y dimensiones; nada está en un falso lugar. Debemos entender entonces la vivienda como aquella mesa informal y relajada de un bar y no como una de un restaurante formal en el que todo tiene un lugar forzado y falso. El arquitecto, entonces, tiene la labor da hacer de un lugar fijo y permanente el fiel reflejo del vivir del usuario, la mesa que parece desordenada pero es la respuesta clara del comensal, sus movimientos y las conversaciones y estados de ánimo durante la conversación que le llevaron a poner todo en el lugar indicado, a diferencia de la “casa del arquitecto” donde todo pareciera estar en el lugar perfecto e indicado pero puede ser un mero capricho de diseño.


Estos problemas en torno a la vivienda se dan justamente porque construir una casa implica una estructura fija, sólida y duradera en el tiempo, y por tanto es una responsabilidad tremenda diseñar una vivienda ya que puede significar el hacerle la vida más difícil o incómoda a una familia para siempre. Dicho problema pretende ser solucionado mediante este ejercicio que implica una envolvente móvil, y que por tanto, está en la persona su configuración y posición de acuerdo a un momento determinado, algo que ya había planteado de cierta manera el arquitecto japonés Masayuki Kurokawa con la Casa Flexible, compuesta por dos módulos sólidos y un elemento intermedio flexible que permite agrandar o achicar el espacio dependiendo del momento.


La Casa Expansible entiende la casa como algo vivo, como algo que responde a las inquietudes y necesidades de sus ocupantes y que, por tanto, cambia a la vez que ellos lo hacen (Monteys, Fuertes, 2001, “Casa Collage”, p.22). El ejercicio entiende los cambiantes estados y necesidades de las personas y para ello necesita también de un elemento cambiante y configurador que le haga un símil. Mediante una envolvente continua flexible que se mueve en torno a una estructura ordenada y fija se da a conocer que es el espacio el que se adapta al hombre, o mejor dicho, el hombre lo adapta a su manera, no es el hombre el que se adapta al espacio.

 

Autor: Nicolás Rodríguez.
Ubicación: Santiago, Chile.
Universidad: Universidad del Desarrollo.
Año: 2022