Federico Borges+Gonzalo Camargo
El proyecto propuesto se revela como un hito en el paisaje singular. En relación con el carácter de espacio público al que está sometido el edificio y a los cambios que se presentan en el entorno a través del tiempo, se propone un programa variable.
El edificio propuesto se ubica en la bahía del Cerro de Montevideo, Uruguay, al noreste del actual Museo Gral. Artigas, un punto singular en el paisaje montevideano cuya imagen identifica a la ciudad, registrada en la iconografía y en la heráldica montevideana y nacional. Al este de la bahía se encuentra el centro de la ciudad, que dista 3,8km. por vía marítima del Cerro de Montevideo. Este último, en oposición al centro de la ciudad, se encuentra en estado de deterioro y abandono. EMSD Cerro pretende poner en tensión la relación entre el centro y el Cerro de la ciudad a través de la coexistencia del territorio y el proyecto de arquitectura. En este sentido, al aproximarnos al proyecto de arquitectura, se presentan dos máximas: la primera de ellas dicta que la ubicación del edificio deberá ser tal que posibilite un traslado por vía marítima de un lado a otro de la ciudad y la segunda, que el programa adoptado deberá ser inagotable en razón de que sea utilizado por una diversidad de usuarios también inagotable.
El programa es definido entonces como “edificio multifuncional, sociocultural y deportivo”, debiendo combinar variadas actividades/posibilidades en relación a su ubicación en el territorio y a su escala: S, M, L, XL. Dentro de las posibilidades programáticas listamos: aulas, áreas de trabajo, oficinas, mediateca, salas audiovisuales, área deportiva in-door, área de exposiciones, área de esparsión, muelle público, explanada seca, mirador, polo social, etc.
La implantación del edificio sobre la bahía del Cerro se resuelve a través de un terreno de proporción cuadrada de 100x100m. La condición pública del programa exige un acceso fluido al edificio, que ubicándose en el centro del padrón, da lugar a una explanada seca que permite percibir en todo momento el entorno circundante. Este prisma es del todo transparente en dirección este-oeste, permitiendo ser atravesado visualmente y facilitando el acceso al mismo a través del cerramiento vidriado, diáfano por naturaleza. Esta característica jerarquiza la condición pública de la planta baja y pone de manifiesto la condición de polo social del conjunto edilicio. Por último, un muelle público tiene comienzo en la explanada seca, siendo este un artefacto en sí mismo que abre la posibilidad de conectar la ciudad por vía marítima.
La organización del edificio, en respuesta a las condicionantes del entorno y las necesidades programáticas, se resuelve en un volumen prismático de cuatro plantas. En su lógica organizativa, el núcleo se presenta como un vacío configurable: un espacio capaz de adoptar distintos programas, y sus caras norte y sur, que son transversales a la Bahía, albergan las circulaciones y servicios del edificio; y a su vez, a esta lógica organizativa le sigue una lógica estructural: la estructura portante actúa liberando el centro del edificio y conduciendo cargas en forma vertical a través de las fachadas norte y sur. Estos cuatro espacios configurables son posibles a través del desarrollo estructural del edificio. La planta baja interior es la continuidad de la explanada exterior, mientras que los demás niveles adquieren distintas configuraciones de acuerdo a la estructura del edificio, y esto permite que cada nivel sea distinto de los demás, y por lo tanto más o menos conveniente para las distintas configuraciones/posibilidades programáticas.
La respuesta tecnológica a las demandas programáticas es consecuencia de una búsqueda racional basada en la claridad estructural y la eficiencia de montaje. En este sentido, el esquema estructural se resuelve a través de una estructura vertical de soporte en las caras norte y sur del edificio y un sistema estructural horizontal variable. La estructura vertical de soporte se compone de perfiles de acero, que arriostrados entre sí forman una geometría homogénea de 5x50x30m. que permite distribuir los esfuerzos hacia las fundaciones. La estructura horizontal variable se compone de seis vigas vierendeel de 7,5m. de altura ubicadas cada 10m. entre sí en el nivel dos del edificio, esto permite soportar las losas del nivel superior y colgar a través de cables las losas del nivel inferior, y en consecuencia la planta baja y la planta alta son plantas libres.
El esquema de montaje entonces, se verifica con el esquema estructural generando caras opacas que albergan circulaciones y servicios (mayormente en la cara sur, donde hay menor incidencia solar) alrededor de la estructura vertical de soporte y caras vidriadas con protección de piel metálica en las caras este y oeste del edificio.
Autores: Federico Borges+Gonzalo Camargo.
Ubicación: Montevideo, Uruguay.
Universidad: FADU, Udelar, Uruguay.
Año: 2020