OI Academic Facility,

Gerardo Flores

Escuela académica en un contexto urbanizado. Su propósito: ser un centro de aprendizaje flexible y adaptable al cambio. Y, al mismo tiempo, ser un lugar de encuentro permeable que reúna a los perpetuos habitantes que allí habitan desde hace generaciones.

«OI» habla del presente y futuro de la educación que necesitamos; flexibilidad y estabilidad, efímera y perpetua. Ubicada en el «Parque Tecnológico» (relativamente cerca de la prestigiosa universidad ITESM de Monterrey, México), esta escuela primaria replica lo que ocurre fuera de sus límites: el ciclo efímero de estudiantes yendo y viniendo, contrastado con la permanencia de las familias que la han habitado. el área desde el inicio del parque.


El proyecto reconoció 5 características esenciales desde su ubicación: efímera versus perpetua (anteriormente discutida). La conexión y relación directa con un parque existente (Parque tecnológico). Es un ambiente urbano agitado. Tipologías arquitectónicas mixtas en la zona. Y el contraste entre la arquitectura antigua y la moderna. A partir de esta observación, damos forma al edificio para comunicarse con su entorno y mejorar la calidad de vida en la comunidad. Arquitectónicamente hablando, también teníamos dos referentes fuertes: el sitio arqueológico de Teotihuacán, ubicado en el valle de México, con su fuerte y pesada presencia (perpetua) en sus pirámides mesoamericanas. Y el Centro Pompidou; con su estructura flexible y ligera realizada por Richard Rogers y Renzo Piano en París. Comprender estos proyectos nos ayudó a dar forma a la arquitectura de la escuela.


De esta manera, la planta baja es accesible para todos, las personas pueden usarla como quieran, ya sea para un simple viaje de paso o como un lugar de reunión para actividades. Esto se logra con arcos que apenas tocan el suelo en el área central y un jardín abierto sumergido conectado directamente con el parque existente. Materialmente decidimos utilizar un material pesado; rocas, y usamos esto porque para nosotros era de vital importancia la percepción de una arquitectura que perteneció allí desde el principio, al igual que las pirámides mesoamericanas de Teotihuacán.

Los niveles superiores son donde se desarrolla la escuela. ¿Cómo es la educación del futuro? ¿Qué estrategias podemos utilizar para cumplir con sus requisitos? ¿Necesitamos un lugar físico para aprender? Estas fueron preguntas naturales que surgieron a partir de la pandemia y, como tal, entendimos que la educación viene en todas las formas, colores e incluso sonidos. Entonces, para cumplir con los requisitos, se construyó una estructura de acero ligera, modular, efímera y flexible como un lienzo blanco (verde) que puede albergar tantas posibilidades como el futuro de la educación pueda predecir.


La yuxtaposición de estas dos intenciones completamente diferentes desembocó en una sorprendente armonía que se complementa. Al final, este colegio quiere ser parte de la memoria colectiva y al mismo tiempo satisfacer las necesidades académicas del futuro.

 

Autor: Gerardo Flores.
Ubicación: Monterrey, México.
Universidad: EAAD – Escuela de Arquitectura, Arte y Diseño del Tecnológico de Monterrey
Año: 2020