The Crank house,

Félix Roudier

Desde el punto de vista arquitectónico, una cabina es como un prototipo. Centrado en los sueños y el uso, es la expresión constructiva más primitiva y pragmática.

 

La ficción del cine califica el espacio y, a través de la experiencia humana, lo transforma en un lugar sensible. Luego crea una relación entre el lugar y su usuario, conecta la experiencia interna y externa y, al final, vincula al individuo con su yo más profundo, el niño que espera en el alma de cada uno. El uso se pone al servicio del lugar, que cobra vida tanto como lo lleva esta arquitectura desmontable, lúdica pero racional. El material y la forma dan una fuerte sensación de opacidad monolítica y sugieren así una sencillez primitiva.

Biomórfico, el proyecto se aleja en favor de los castillos, verdaderos objetos hegemónicos de este entorno. Pero al descubrir el conjunto, los viajeros descubren las extensiones, poleas y manivelas que les abrirán la mente a usos inesperados y realmente integrarán el habitáculo en su entorno. Inspirado en los cuentos de hadas, hecho de bosques, agua o castillos en ruinas, este entorno es tanto una llamada a la contemplación como un terreno fértil para la imaginación de los viajeros. La parte delantera de la cabina cuenta con diferentes sistemas de apertura, todos los cuales revelan una oportunidad para la interacción personal con el medio ambiente.

Guiados por su ensueño, los viajeros pueden sorprenderse, separarse o simplemente mirar a través de la porosidad de la fachada retráctil. La relación del proyecto con el espacio y el entorno es el hecho desencadenante que da vida a la historia. Cuando la fachada comienza a vibrar, deja de ser un monolito y se inicia la comunicación entre el lugar y sus habitantes.

La paradoja de la cabaña es que es un artefacto nómada. La existencia de varios sitios y contextos hace que el proyecto sea muy modular. Hay una serie de módulos para dormitorios, salas de estar, saunas, cenadores, todos diseñados para adaptarse según sus propias configuraciones racionales de espacio, en estricto cumplimiento de los volúmenes del programa. La construcción de una serie de módulos nos da acceso a varias tipologías a lo largo del tiempo. Este principio hace que el proyecto sea inteligente y frugal, inteligente en recursos y simplificado en logística. También ofrece, por el mismo costo, una amplia variedad de posibilidades que incluso superan la demanda inicial de dos arreglos espaciales. Esta eficiencia se refleja en la posición de las chimeneas dentro de los módulos: colocadas en el medio, se convierten tanto en una fuente de calor como en una fuente de uso.

Al final, el proyecto gira en torno a tres componentes principales: una morfología simple y primitiva, una rica relación con los materiales y oportunidades de interacción que generan sutiles relaciones espaciales sin renunciar nunca al enfoque racional ejemplar que ha prevalecido sobre los planos técnicos, espaciales y modulares. composición.

 

Autor: Félix Roudier.
Sitio web: www.felix-illustra.com
Ubicación: Château de la Mothe Chandeniers, Francia.
Año: 2020
Concurso: Tree house module.