Invernáculo,

Noemí Díaz Pérez

Invernáculo es el sueño de una noche de verano que cualquiera podría tener. Invernáculo es un proyecto que genera un invernadero que cumple con las funciones básicas estanciales que a menudo olvidamos donde disfrutar, descansar, relajarse y dejarse llevar.

Invernáculo es un proyecto que nace para probar las herramientas de ArchViz que encontramos actualmente, en concreto el programa informático Blender. A través de una visión utópica con un mundo rodeado de agua se genera un proyecto con el que probar diferentes técnicas.

El invernadero se sitúa en ningún lugar, es fruto de la imaginación a través de una posición soñadora donde una isla con plataformas y rodeada de vegetación se ve envuelta en vidrios de colores para convertirse en el escenario principal del sueño, idea fundamental del proyecto. El sueño evoca una noche o atardecer eterno de verano en el que vivir romances, compartir espacios con seres que amamos o simplemente disfrutando de nuestra compañía como individuos mientras reflexionamos, descansamos o leemos un libro. Disfrutar con nuestros amigos y nuestra familia. Valorar los pequeños momentos para vivir en esos instantes.

Todo ello se convierte en un invernadero con los principios básicos del mismo que contribuyen a regular el confort de sus habitantes mediante la higrotermia y la termodinámica aprovechada con elementos pasivos. A través de la autoventilación generada a través de las ventanas en la parte superior del espacio para permitir el intercambio de corrientes y la evotranspiración que es una humidificación pasiva gracias a la cantidad de plantas que hay en el interior, se genera un ambiente cómodo para el usuario donde se evita un ambiente seco que aumenta el calor en verano, favoreciendo una humedad óptima mientras que se aprovecha el vidrio que contribuye a calentar el espacio a medida que se acerca la noche.

El resultado del espacio es una conjunción simple de espacios rectangulares que se unen en un punto rectangular partido de una pared de vidrio para dar pie a dos zonas bien diferenciadas: una más vegetal y de servicios y otra más relajada donde incluso dormir. A parte de la vegetación, los elementos comunicantes arquitectónicos son las plataformas a diferentes alturas que permiten utilizar el espacio de forma polivalente. Para acceder a algunos de ellos se utilizan escaleras portátiles que se adaptan y permiten subir a zonas donde disfrutar de las corrientes de aire y estar más frescos. Aunque las plataformas definen todo, hay pequeñas piezas de mobiliario que apoyan los diferentes usos del espacio para desayunar, leer o cultivar.

En cuanto a la materialidad, el proyecto usa una gama cromática de colores complementarios: azul/morado para estructura, metal, plataformas, vidrio, textiles, sillas… mientras que tonos anaranjados para la cerámica, parte del césped, la pared de fábrica que aporta intimidad, mobiliario… De esta forma, los colores se convierten en una de las piezas clave para encontrar el equilibrio del proyecto. Así, se evocan aún más el reflejo de los colores de las noches eternas de verano con largos atardeceres y se graban en nuestra retina.

 

Autor: Noemí Díaz Pérez.
Página web: www.noemidiazperez.wixsite.com
Ubicación: Ningún lugar.
Año: 2021